17.- Pasa tiempo con La Familia

A Dios le gusta vernos disfrutar de sus regalos y no hay regalo más precioso que nuestras familias, da una caminata con tu hija, juega a la pelota con tu hijo, llama a tus padres, invita a tu compañera/compañero a cenar. Cuando les damos felicidad a las personas más cercanas a nosotros, les estamos enseñando El Rostro de Dios y no hay nada más importante que eso.