No tienes que ir a Jerusalem para apreciar mejor a Dios. El está en cualquier lugar al que vayamos. Miramos su poder en el mar Pacífico y su majestad en el gran valle, sus artesanías en los grandes sembrados. Y una vez que haz sido impresionado por la magnificencia de Dios y después visitas un lugar que clama por la misericordia de Dios, entonces no necesitarás ir muy lejos para encontrar gentes hambrientas de Dios. Así que, piensa en cómo puedes ayudar a cualquier lugar donde viajes.
Q sabios consejos bendiciones☺