“Aún el gorrión y la golondrina hallan lugar es tus altares donde hacerle nido a sus polluelos. Oh Señor todopoderoso, Rey mío y Dios mío”  Salmo 84:3

Un profesor de inglés de los Estados Unidos que vive en el Japón, tuvo la siguiente experiencia., Un día abrió las ventanas del aula para lograr que entrara más brisa.  De pronto lo niños japoneses quedaron extasiados porque un pájaro entró en el aula y comenzó a volar .

Los niños se tornaron salvajes.  Saltaron en sus sillas trataron de agarrar este pájaro, pero el voló lejos de ellos y trepó a las paredes y a las ventanas varias veces.   El profesor se esforzó para volver a tomar el control de los alumnos.

El pájaro finalmente exhausto cayó al piso cerca del profesor y él cuidadosamente se acercó al ave, pero cuando el pájaro lo notó, tomó nuevas fuerzas y comenzó a volar de nuevo por el aula y esto, entusiasmó de nuevo a los alumnos.

Después de unos segundos el pájaro volvió a aterrizar en un estante, demasiado agotado pero al acercarse el profesor nuevamente tomó vuelo y al caer la tercera vez exhausto, el profesor se acercó y está vez casi como muerto no reaccionó. delicados-aves16b

El profesor lo tomó en su mano y la pequeña criatura estaba muy asustada. El profesor se acercó a la ventana y el pájaro voló libremente, quizá sin entender lo que realmente había pasado.  Cuantas veces yo he sido igual que este pájaro, volando en un aula cuando puedo volar a campo abierto y en medio del aula me he sentido asustado y acorralado y el maestro de Maestros, se ha acercado a mi, y muchas veces ni lo he entendido.  El Maestro ha querido tomarme en su mano y lanzarme a campo abierto.

Muchas veces he querido resolver  mis problemas volando alrededor y chocando contra paredes y ventanas, lastimándome a mi mismo y agotándome en el proceso.  Dios siempre se me acerca con su tierna mano para ayudarme.

Hoy quiero recordar las hermosas promesas de la Palabra de Dios. Como esa promesa que dice que aún el gorrión y la golondrina hayan en la casa de Dios donde poner sus polluelos.  Seguro estoy  en la mano del Señor y él es la única fuerza de mi vida.  En él confiaré una vez más.

Señor, Gracias porque hoy puedo nuevamente confiar en tí.  Tú eres el único refugio para mi vida y en tí estoy completamente satisfecho.  Ya no tengo que andar mas confundido, porque tú eres la fortaleza de mi vida y solo en tí estaré  establecido.  Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

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