Esta es una época muy importante para los niños, niñas, adolescentes y  madres – padres,  pues en muchos casos el curso lectivo esta por terminar y en otros casos están por cerrar su primer período. Es un momento  importante, pues  muchos padres y madres deben tomar decisiones vitales para el futuro de sus hijos e hijas.

Muchos padres y madres dejan para el final las reuniones con maestros/as y profesores/as; por lo que  llegan a veces a darse cuenta de noticias fatales cuando ya se puede hacer poco.

Otros se encuentran ante la incógnita de qué hacer, si continuar en el centro educativo o  buscar hacer un cambio.

Ante tales situaciones, por favor tome en cuenta estas recomendaciones:

No deje por fuera a su hijo/a. Ellos necesitan ser participes de las decisiones. Tome en cuenta su criterio. Muchos  padres y madres cometen el error de castigar a sus hijos con el estudio, utilizan frases como estas: “no  sacaste buenas notas te voy a cambiar a otra escuela/colegio  y vas a ver lo que es bueno…. Para que valores….” Si usted utiliza estas frases, sus hijos/as llegarán   con una  actitud  negativa ante cualquier eventual cambio. Los aprendizajes no deben ir con notas de sentencia incorporadas.

Si el cambio se da porque la modalidad educativa no se adecua al estilo  o a las necesidades de su hijo/a, hágaselo saber de esa manera. Es válido un cambio ante estas circunstancias. No todos los modelos se adecuan a nuestras necesidades. Hay instituciones con mucha trayectoria que tienen ya filosofías educativas muy instauradas difíciles de cambiar. Ante estas situaciones, no someta a su hijo/a  a adaptarse pues el costo emocional puede ser muy alto.

Evalúe las fallas. Piense que pueden recuperar y  no alberguen esperanzas falsas porque cuando se hace eso, el golpe es más fuerte.
Proponga desde ya cambios en los métodos de estudio. Es necesario que desde niveles tempranos, los niños y las niñas tengan horarios y rutinas de estudio. Cuando llegan a la adolescencia es difícil ya que instauren  métodos con los que no están familiarizados.

Muchos padres y madres obvian analizar el proceso para evitar sentimientos de culpa, por eso evitan las reuniones en el colegio/escuela.  Lo problemático de esta forma de resolver es que existen probabilidades de que en años futuros repitan los mismos errores.

Pregunte si es necesario considerar la posibilidad de buscar ayuda profesional de algún psicólogo/a o psicopedagoga. Muchas veces los fracasos se deben a problemas de aprendizaje o emocionales que no han sido detectados ni tratados a tiempo. Imagínese que es como si usted tuviera una enfermedad  importante y no recibiera tratamiento. Un diagnóstico  temprano le ayudará a determinar las estrategias  necesarias que le permitirán alcanzar éxitos.

Involúcrese sabiamente en el proceso de aprendizaje de su hijo/a. Evite  irse a los extremos. En uno están aquellos que reviven sus propios procesos y toman el aprendizaje de sus hijos/as como si fuera el suyo. En el otro extremo están los que equivocadamente y sin dar  bases dicen “yo ya lo solté, tiene que hacerse responsable”  La responsabilidad es un hábito, un proceso; necesitan que primero se la modelemos. Es  necesario ir dando pequeñas dosis de responsabilidad y luego ir incrementándolas. El punto ideal es que ellos y ellas se asuman solos, pero esto sí requiere mucho trabajo.

Hace falta cometer muchos errores para perder o peligrar un año escolar pero también con pequeños cambios usted y su hijo/a pueden obtener grandes beneficios…. Inténtelo!
¡Hasta entonces!
Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y Psicopedagoga