Después de estas cosas la palabra del SEÑOR vino a Abram en visión, diciendo: “No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; Tu recompensa será muy grande.”  Génesis 15:1

Escudo – Como todos sabemos, el hebreo es un idioma escrito sólo en consonantes. Adicionalmente, carece de puntuación. Esto significa que los matices del mensaje se comunican frecuentemente por medio de cambios en la estructura del texto. Por ejemplo, reordenar la secuencia de palabras nos dice cual es la palabra más importante.

Algunas veces se duplica un consonante para agregar algo crucial a una palabra. Algunas veces un participio (como na), se añade a un verbo para cambiar su tono. Y algunas veces una palabra en una oración se conecta a una palabra en otra oración para que el lector pueda encontrar una relación de pensamiento entre las dos.

Lo difícil, evidentemente, es que la mayoría de estas alteraciones sutiles se pierden en la traducción. Esto es especialmente cierto cuando las traducciones que utilizamos usa palabras diferentes que no se conectan unas a otras como en el hebreo. Por ejemplo, recordarás la palabra traducida como “desvergonzado” (arom) en Génesis 2 está directamente relacionado con la palabra traducida como “astuto” en Génesis 3.

La única diferencia yace en las vocales. Pero no seriamos capaces de ver esta conexión en la traducción, y perdemos la relación vital entre la desnudez de Adán y Eva y la desnudez de la serpiente.

Puedes imaginarte el hebreo como la estructura de apoyo de un edificio. Las vigas maestras de acero y el fundamento de concreto sostienen todo el edificio aun cuando, al completar la construcción, nunca veas la estructura de soporte, pero todo cuelga de ella.

El uso de la palabra hebrea “magen” (escudo) es una de esas vigas maestras. Se conecta a una palabra en la historia anterior (la cual, evidentemente, no está realmente desconectada del nuevo capítulo). Esa palabra es “miguen”, una palabra que significa “rescatado.”

Cuando Melquizedec proclama que es Dios quién ha liberado a Abraham de sus enemigos, el narrador recoge esta palabra y  utiliza una variante para mostrarnos que Dios Mismo anuncia que EL es el escudo de Abraham. Esta no es la única conexión.

La misma palabra que describe la renuencia de Abraham de aceptar el botín de su conquista también se utiliza para describir el anuncio de Dios de una gran recompensa. Adicionalmente, los aliados de Abraham son llamados ba´lei berit (14:13) y ahora, en esta promesa, Dios Mismo se convierte en el aliado de Abraham por medio de un berit (15:18).

La arquitectura hebrea nos muestra que estos dos pasajes fueron construidos con las mismas vigas. Desafortunadamente, debes ver los planos en hebreo para ver las relaciones.

¿Cuál es la aplicación que podemos rescatar de esta pequeña lección? No vivimos en los tiempos d Abraham. No hablamos ni leemos hebreo. Pero yace aquí una lección para nosotros. Esa lección es la habilidad de Dios de conectar una cosa a otra en maneras que jamás podríamos anticipar ni imaginar.

¿Quién hubiera imaginado que el rescate militar de Lot por Abraham y su encuentro con Melquizedec y su renuencia de recibir botín del rey de Sodoma se convertirían en el fundamento de la bendición eterna de Dios hacia Abraham? ¿Quién pudo prever lo que Dios haría con lo que parecía solo una interferencia en una vida relativamente tranquila?

Nadie puede anticipar lo que Dios hará con nuestras experiencias ordinarias. Pero podemos estar seguros de esto: El construye una estructura con las vigas de nuestras vidas que no seremos capaces de apreciar hasta que el proceso se haya completado. Oswald Chambers dijo que cuando lleguemos al cielo veremos cómo encaja todo. Mientras tanto, tendremos que estudiar arquitectura. ¿Cierto?

Escrito por Dr. Skip Moen, traducido por Bessy.
www.SkipMoen.com