Gracias Jesús por este nuevo día
y gracias por tu agradable compañía.

Gracias por afinar mis oídos
y disfrutar del sonido.
Gracias por calentar mi voz
para alabarte a ti, Dios.

Gracias Dios por prepararme
siempre a su debido tiempo
una serenata que han de darme
los pajarillos muy contentos.

Gracias Dios que cuando despierto
has encendido la luz para mí
que se pasea en ciudad y huerto
y me hace ver todo lo que debo a ti.

Mery Bracho