Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía él acostado. Se despidió de su camello, llamado “Indecisión”, acariciándole la cabeza, pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora.
Apenas había conciliado el sueño cuando el camello lo llamó con voz suave, pero insistente. “Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada…” Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.
Pero ocurrió que en cuanto se durmió profundamente, el camello empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto topó con la cabeza del hombre y lo corrió hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero “Indecisión” le hizo ver que eso no era en realidad gran cosa. Pasó poco tiempo para el camello metiera los hombros y empujara a su patrón afuera, hasta las rodillas. Para hacer el cuento corto, “Indecisión” siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro extremo, hasta que finalmente quedó completamente fuera.
¿Le suena esto conocido? ¿No le ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión ésta lo llenó todo, sacándolo de las cosas buenas de la vida? Por ejemplo, le ocurre a los estudiantes cuando se están preparando para un examen, pero frente al televisor dejan que indecisión les pida ver “un poquito más”. Y le ocurre también a los vendedores, cuando les pide “posponer para la semana que entra” la visita a ese cliente importante. Y por supuesto le sucede a aquel que quiere bajar de peso, pero deja que el perverso camello le solicite “empezar después de…”. Sí, cuando dejamos a la indecisión meter la nariz en nuestra vida, no importa si somos amas de casa o ejecutivos de empresa, acabará por llenarla toda, y prácticamente sacarnos de ella.
Proverbios 10:5
El que recoge en el verano es hombre entendido, el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.
Marcos 13:35,36
Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.
hola, soy una mujer separada,pero tengomucho temor a dios, y se que me ha ayuda mucho soolo que a veces necesito con quien platicar, alguien de los que leen y estan en esta pagina quiere escucharme igual yo puedo ser el consuelo para alguien gracias dios los bendiga tengo 37 años
La indecisión.
Un tema hemoso para comenzar año.
Tomé la decisión de escrbir ahora. Me viene muy oportuno porque caigo en la cuenta que tengo no uno sino mil camellos.
Cuando comencé leer el artículo pensé que el acto de “generosidad” del que permitió la camello entrar la nariz, le iba recompensar con el c alor del vaho del animal. Pero ni es eso generosidad ni es altruismo el del c amello. Ded veras, debemos discernir cuidadosamente para evitar tanto engaño que mnos rodea.
¿Cómo saco al camello que vive en mi casa?. La oración diaria y permanente, hasta en la espera de los semaforos, me ha ayudado a sacar a “indecisión” de mi vida. Los invito a estar alerta orando siempre, en cualquier lugar. Dios nos escucha porque existe para mi, para ti.
E n la palabra de hoy, la indecision . me ha tocado vivvirla y es -yo diria .en esta nos nrra que al tomar una disicion debemos tener fe ,sobre
todoyno dejar ,la incognita de si o no ,es como detenernos ante un proyecto . pero siempre contar con la ayuda de dios………
cada dia que paso tenemos que darle gracias a Dios; y es cierto a veces por nuestra inseguridad de hacer las cosas tomamos caminos equivocados en nuestras vidas, debemos estar siempre seguro del paso que vamos a dar y cuando nuestra conciencia nos hable oirla que por algo el señor nos da esa alerta.
dios le bendiga y llevemonos del mandata que nos da nuestro Padre Celestial.