Persistir es mantenerse firme y constante por largo tiempo!

La persistencia es una actitud indispensable en la relación matrimonial. Todos los matrimonios, aun los más saludables, han pensado al menos una vez en tirar la toalla. Hoy en día muchos matrimonios abortan el proyecto de vida familiar antes de tiempo, ignorando que la persistencia conduce a la victoria.

Sant. 1:12 Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.

Constantemente recibimos la tentación de ofender, de reclamar, de controlar, de celar, de molestar, de mentir a nuestro cónyuge. Pero tenemos que aprender y desarrollar la habilidad de soportar esas tentaciones  sabiendo como dice su palabra, que esa habilidad de resistir o rechazar la tentación, nos permitirá recibir la corona de la vida, la victoria sobre nuestra vida y nuestro matrimonio.
Fil 4:6-7 Por nada estéis angustiados sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
La angustia es un sentimiento que paraliza la persistencia e invita a abortar cualquier proceso de vida en los seres humanos. Por esta razón nuestro amado Padre Celestial nos invita a no angustiarnos, poniendo todas nuestras cargas y nuestras peticiones delante de EL, orando y dando gracias. Y la respuesta de Dios es llenarnos de su paz que sobrepasa todo entendimiento humano y guarda nuestro centro emocional y nuestros pensamientos en aquel que nos dio la lección más poderosa de persistencia en amor sobre los hijos de Dios.
Si tu matrimonio anda mal, o regular, asume una actitud de apoyo, de respeto, de amor, de paciencia, de tolerancia con tu cónyuge y permanece en el llamado y la misión que Dios te ha encomendado de proteger tu relación y tu familia hasta que Cristo venga o la muerte los separe.
Prov. 15:7 La boca de los sabios siembra sabiduría; no así el corazón de los necios.
Santiago 3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Los matrimonios debemos persistir en mantener la paz, cuidando nuestra lengua y nuestras actitudes. Perseverar en poner los principios bíblicos de vida, no es fácil, pero es el requisito indispensable para mantener la armonía y la paz en el matrimonio. Y entonces obtendremos el fruto de justicia que es la paz, el amor, el gozo, la alegría, la fe, la bondad y la bendición de Dios.

Permanece haciendo lo que Dios te pide en su palabra y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento estará contigo para siempre.

Si tu matrimonio ha estado experimentando problemas, no te canses de hacer el bien y de hacer lo que Dios te pide que hagas. Permanece y a su tiempo alcanzarás la victoria y un matrimonio saludable.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
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