Señor,

Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;

Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite una bebida;

Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor;

Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo;

Cuando mi cruz se haga pesada, hace que comparta! la cruz de otro;

Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado;

Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos;

Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien;

Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo;

Cuando sienta necesidad de la comprensión de los demás, mándame

Alguien que necesite la mía;

Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar;

Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.

Hacerme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.

Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.

Madre Teresa.

Alguien dijo:

Salí a buscar mi felicidad y no la encontré. Salí a buscar la de los demás y encontré la mía.

Cuando las cosas parezcan estar cuesta arriba, no pienses en loq ue te falta, sino en ayudar a quienes vienen detrás tuyo. De aquí, aquello de que manos que siempre dan … nunca estarán vacías.

Lucas 10: 27
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”  y a tu prójimo como a ti mismo.