Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:1-3

Esforzándoos – “Si, se que son cristianos, pero tienen una teología desordenada. Yo no tengo nada en común con ellos. ”

“Mi iglesia no cree lo que enseñan. Nosotros no tenemos nada que ver con esa gente. Son legalistas.”

“Simplemente no puedo comprender por qué no ven la verdad. SI tan solo escucharan a nuestro pastor, de seguro que cambiarían de parecer.”

¿Has escuchado algo así? ¿Alguna vez has dicho algo así? Pablo se habría horrorizado. Hemos clamado por unidad y esperado que los verdaderos seguidores del Camino se sientan ansiosos por mantener la unidad en el lazo de la paz. El griego es un verbo singular, “spoudazontes”. Es una palabra muy interesante. La raíz es “spoude”. Puedes pensar en ésta palabra como la palabra griega para velocidad. Significa, “urgir, apresurarse, ser celoso, ir rápidamente hacia la meta.” Si Pablo fuese italiano, esto diría la placa de su Lamborghini. “Los incito que vayan veloces hacia la unidad. Lleguen allí cuanto antes.” Esa es la visión de Pablo. ¿Es la tuya?

Es tan fácil (y tan tentador) permitir que nos dividan las cosas. Es mucho más sencillo desestimar a quienes no ven las cosas como nosotros. Son Bautistas y Metodistas o Pentecostales o (ni lo quiera Dios) Católicos. ¿Te has preguntado por qué Pablo nunca menciona ni una de las divisiones dentro del cuerpo? Es evidente. Ninguna de ellas existía cuando escribió Pablo. Ni tan solo una de esas fes “verdaderas” había visto la luz del día hasta que la iglesia pasó 1500 años batiéndose a muerte con doctrina. Los únicos foráneos de los que se preocupaba Pablo eran aquellos que negaban a Yeshua el Mesías. Casi todo lo demás permanecía abierto a un debate saludable. Siempre había sido así en el Judaísmo. Pablo no tenia problema con el debate. Las diferencias de opinión no le preocupaban a Pablo. El único problema era reconocer que el único camino a la gracia de Dios es por medio del Mesías. Pablo dedicó sus esfuerzos en lo que era importante para la unidad. Todo lo demás, solo era información.

Claro que nosotros somos mucho más inteligentes que Pablo, ¿no es así? Hemos arrinconado la verdad. A fin de cuentas, Pablo solo era un judío confundido. Nosotros sabemos más. Hemos estudiado miles de años de doctrina. Creemos que la unidad significa la conformidad con exactamente lo que yo creo.

¿Alguna vez te has preguntado por qué, cuando nos reunimos en esos edificios con altares, nos rodeamos de personas que piensan como nosotros, hablan como nosotros, se comportan como nosotros, y no cuestionan el estatus quo? ¿Acaso la conformidad es unidad? ¿O quizás Pablo pensaba en cosas más grandes? ¿Hacia qué te aceleras hoy? ¿Esperas que todos conduzcan el mismo vehículo?

Escrito por Dr. Skip Moen, traducido por Bessy
www.SkipMoen.com