“El Señor me ha instruido para que  consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente”. Isaiás 50:4.

 

Hoy estoy convencido que lo que soy y donde estoy es la expresión viva de Dios  de la formación que él ha estado realizando en mí.   Hoy, estoy convencido que me ha instruido para que yo consuele a los cansados y cada mañana me hace estar atento para que escuche dócilmente como lo dice Isaiás.

Cada mañana cuando me acerco a él, él me enseña.  Se que  pasar tiempo con él cada mañana es un privilegio, el privilegio de la búsqueda del recogimiento y la comunión íntima con él..  Recuerdo hoy las  palabras del Señor Mott quien dijo: “Aparte de la aceptación de Cristo como Salvador y el acogerse al bautismo del Espíritu Santo, no conocemos ninguna acción que nos aporte más beneficios y sea más provechosa para los demás que la decisión inquebrantable de respetar la vigilia matutina y pasar la primera hora del día a solas con Dios”.

Se que este tiempo diario con el Señor  no debo considerar como un fin. No basta que me dé un tiempo precioso para la oración y el estudio bíblico y que, por tanto, me aporte también avivamiento y ayuda espiritual, sino que debe ser también un medio para alcanzar un fin: asegurarme de la presencia de Cristo durante todo el día.  Este tiempo implica que no permitiré que haya nada que me separe de él en ningún momento.

Hoy como creyente e hijo de Dios no puedo estar ni un instante separado de él.  Si soy su seguidor, no podré conformarme con menos que el permanecer siempre en su amor y su voluntad.  Cuanto mas claro esté el objetivo de mi búsqueda, tanto mayor será mi capacidad para alcanzarlo.

Hoy, estaré muy atento al hecho de que la meditación, la oración y la palabra de Dios deben estar subordinadas y sujetas a que el enlace que existe entre Cristo y yo sea renovado y firmemente fortalecido en el tiempo que pasaré con él.

Quizá por un momento puede parecerme que los pensamientos del día completo, con todas las preocupaciones, los placeres y las tentaciones posibles, trastornarán la renovación que he disfrutado en mi tiempo devocional.  Es probable que pase algo así; pero con todo y eso no se producirá perdida.  El cristianismo tiene como objeto formarnos de tal modo en el carácter de Jesús que puedan ponerse  de manifiesto la personalidad y la disposición de nuestro Señor aún en los actos más sencillos de la vida.

Señor, Gracias porque todas las mañanas me haces estar atento para que escuche dócilmente tus instrucciones.  Dios, que jamás cambie este tiempo de acercamiento a ti por ninguna otra cosa, porque ninguna cosa puede llenar, traer satisfacción a mi alma y espíritu como la satisfacción que tu me das con tu amor y tu presencia. Hoy, agradecido estoy ante ti por toda tu bondad y misericordia. Amen.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
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