No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice El Señor. Jeremías 1:8

Cuando nos invade el temor, vacilamos y corremos el peligro de caer en el pecado. Peligrosa es la presunción, pero también lo es la cobardía. Debemos ser como Daniel. Nuestro gran Capitán ha de ser servido por soldados valientes. ¡Cuántas razones tenemos aquí para ser valientes!

Dios está con los que se allegan a Él. En la hora de la lucha, jamás se ausentará de nuestro lado. ¿Te amenazan? ¿Por qué has de temer a los hombres mortales? ¿Pierdes el empleo? El Señor a quien sirves proporcionará el pan y el agua a sus servidores. ¿Te ridiculizan y esto  quebranta y tortura el corazón? Sufre por amor de Cristo y regocíjate.

Dios está con los que le sirven en verdad, con los justos y los santos para librarles; Él te librará. Recuerda como Daniel salió ileso de la fosa de los leones, y los tres jóvenes del horno de fuego. Tu caso no es tan desesperado como el de ellos; mas aun cuando así fuera, el Señor te sostendrá y harás más que vencer.

Teme al temor. Ten miedo de ser cobarde. El peor enemigo es el que llevas dentro de ti. Arrodíllate y pide socorro, y después levántate diciendo: «Confiaré y no temeré».

Hoy estoy consciente que no importa cuales sean los ataques y quebrantos Dios me librará.

Señor, Gracias porque me infundes el valor que necesito para seguir adelante y no retroceder. Amén.

Charles Spurgeon.
Libro de Cheques del Banco De la Fe.