Aarón y Abbey, llevaban casi un año de feliz matrimonio, cuando él le hizo un “obsequio” a Abbey que ella nunca deseó: un enorme perrito Chow, con patas del tamaño de pelotas de béisbol.
“Aarón, querido”, dijo Abbey con firmeza “los perros y yo somos enemigos naturales. ¡Sencillamente no sabemos llevarnos bien!”
“¡Pero Abs!”, dijo Aarón, llamándola con el nombre de su mascota con el fin de ablandarle el corazón, “Verás que pronto te acostumbrarás a él”.
Para ambos, era obvio que el perrito era un regalo para Aarón.
“Perri”, nombre que por fin decidieron ponerle al animal, vino a ocupar un lugar incómodo en el hogar. Habiendo decidido que el animal debía comprender su lugar como enemigo personal , Abbey emprendió una campaña silenciosa en contra del cachorro.
Perri captó de inmediato su resistencia y por un tiempo reciprocó robando toallas, despedazando zapatos y muebles y llevándose cualquier artículo pequeño que Abbey estuviera usando, una vez que esta le daba la espalda. El perrito hizo caso omiso a sus intentos por corregirlo y así transcurrió el primer año de Perri, como miembro de la familia.
Cierto día, Abbey notó un cambio en la actitud de Perri. Para su sorpresa, el cachorro comenzó a darle alegre bienvenida cada vez que llegaba a casa, rozando su mano con el hocico y lamiendo sus dedos en un amistoso “hola”. Cada vez que ella lo alimentaba, él se echaba un instante y la miraba con adoración antes de comenzar a comer. Para colmo, el perrito comenzó a acompañarla en sus caminatas matutinas, permaneciendo muy cerca para protegerla de otros perros, mientras ella transitaba por las desiertas calles.
Poco a poco, Abbey fue humillada por el amor de Perri, hasta lograr una tregua. Hoy día, dice que la persistencia de Perri le ha enseñado mucho sobre cómo amar a los enemigos. Ella dice que Perri está ganando la pelea, pero no se lo digan a Aarón.
¿Conoces a alguién, quizás un miembro de tu propia familia, que necesita algún tipo de expresión de tu amor, en vez de tu resistencia?
Fuente: Al Atardecer con Dios, Edit. UNILIT
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos. Mateo 5:44
que buena esa reflexion tenemos que poner en practica esa grande verdad que debemos amar anuestr enemigos como a nosotros mismo
no por nada de lo que menos queremos ver y ser sinos aferamos alrato tendremos que reconocer ya que nuestra forma de ver las cosas ha cambiado solo tenemos que ser sencible y aprender a dar amor en vez de indiferencia y todo poco apoco va a cambiar dios les bendiga.
Gracias por las reflexiones que recibo cada dia y por el ejemplo de un animalito ,que nos hace pensar. Dios nos manda amar a nuestros enemigos,porque Dios nos ama con todos nuestro defectos.
Que sencible es nuestro corazon, cuando sabemos que la vos de Dios nos habla, estoy muy gozoso porque se que Dios quiere que amemos que mantengamos la unidad que perdonemos y que no seamos indiferentes con nadie porque de esta forma alcanzaremos siempre perdon y misericordia que Dios me los megabendiga a todos.
Excelente ejemplo de la reflexión,Dios es el creador de toda criatura y el perro es una de ellas y Dios ha puesto un ejemplo para que comprendamos como se ama sin condiciones y esto hace el perro.El perro ama a su amo sin importarle si es rico o pobre,feo o bonito,limpio o sucio,no le importa si le da de comer o no,el perro simplemente lo ama.Dios nos ordena que nos amemos los unos a los otros,porque Dios es amor y todos hemos sido credos por Dios y debemos ser imitadores de Dios,que nos ama incondicionalmente,sin restricciones.Uno de los mas grandes propósitos de la vida es amar a nuestro prójimo,amar a nuestros enemigos,sabiendo que haciendo esto estamos amando a Dios y entonces seremos completamente felices.Cristo Jesús es el amor de Dios,él es nuestro precioso regalo,que Dios nos ha dado para que lo recibamos en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador Personal.Cuando él habita por la fe en nuestro corazón,Dios derrama su amor en nosotros y entonces somos capaces de amar a todo el mundo sin prejuicios,porque sabemos que el amor es el vínculo perfecto que nos une a Dios y todos anhelamos tener una fuerte conexión con nuestro Padre Celestial para recibir sus bendiciones.