Un hombre de más de treinta años de casado con su novia de la infancia dijo:  “Todavía me gusta tomar la mano de mi esposa”.  A continuación, sin embargo, admitió que la motivación era distinta a cuando era una adolescente.

-“Cuando éramos jóvenes”, reflexionó, “sentía una descarga eléctrica cuando tocaba su mano.  Ahora mi vida parece cargada de demasiada electricidad y siento paz cuando tomo su mano”.

El tomarse de las manos puede significar mucho más que “Te amo”.  A veces puede significar: “Te necesito”,   “Me importas”  o solo  “Aquí estoy”.

Las raíces del amor se ramifican y entrelazan con el tiempo.  Entran en juego muchas fuentes de amor e intimidad. Algunas veces se arraigan en la compasión, otras en un sentido de hacer lo que es recto.  A veces crecen de dar ayuda, otras de recibir ayuda.

Mire de una forma diferente a su cónyuge hoy. Busque algo nuevo que apreciar:  ¡Es muy posible que descubra que se vuelve a enamorar!

Un matrimonio de éxito requiere enamorarse, muchas veces, siempre de la misma persona.

Oseas 2:19
Yo te haré mi esposa para siempre, y te daré como dote el derecho y la justicia, el amor y la compasión.