Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Genèsis 2:24)

Unirá –  Probablemente has escuchado este versículo cientos de veces. En cada boda, cada sermón sobre el matrimonio, cada libro y video desde la perspectiva cristiana contiene éste versículo en algún punto del material.  Pero nadie te ha dicho que el verbo hebreo aquí no es el que esperas, especialmente si pensamos que  convertirnos en una sola carne tiene que ver con sexo. Si en realidad deseas comprender lo que dice el texto, tendrás que investigar un poco.

Aquí el verbo es “davaq”.  Significa unirse o allegarse. Tiene que ver con pegajosidad. Pero probablemente no es el verbo que nosotros habríamos utilizado. Verás, “davaq” es un verbo del medio de la calle, de respuesta pasiva, mucho más útil para pegar cosas.  Este no es el verbo apasionado, orientado a las relaciones que caracteriza la acción de amor que deseamos en la intimidad erótica del matrimonio. De hecho, tiene más relación con copos de lodo húmedos y pegajosos (Job 38:38) o con unir las escamas de los cocodrilos (Job 41:9) que con el abrazo sexual apasionado. La canción de Salomón no tiene ni un tan sólo “davaq”.  Así qué, ¿Por qué sale aquí, en el verso sobre el matrimonio por excelencia? ¿Y por qué  ningún pastor que en algún momento ha predicado un sermón matrimonial ha hablado sobre copos de lodo?

Si analizamos cómo se utiliza “davaq” cuando describe las relaciones entre las personas, vemos que puede describir circunstancias amistosas u hostiles (Labán y Jacobo). Describe relaciones entre miembros del mismo sexo (Ruth y Naomi). En la literatura de Sabiduría, paralela a “ahav” (amar – Proverbios 18:24). Lo vemos describir la relación de Israel con YHWH (Jeremías 13:11). Este rango amplio de aplicaciones nos dice algo muy importante. “Davaq” no carga matices emocionales, eróticos ó pasionales.  “Davaq” se refiere al compromiso deliberado. Aun cuando se utiliza en circunstancias hostiles, marca vínculos voluntarios y consientes.    Ruth, Labán y los hombres de Proverbios no han tomado decisiones basados en sobrecarga emocional. YHWH tampoco lo hace. La decisión de Dios por Israel es deliberada, calculada y permanente. Es el máximo ejemplo de la pegajosidad.

Esto nos ayuda a comprender la razón por la que Génesis 2:24 utiliza “davaq”, no “hashaq” (el verbo sobre adherirse a alguien en amor). El matrimonio es el compromiso deliberado de unirse juntos. No se basa en la atracción emocional, física o psíquica. Tiene poco que ver con cómo me siento. Es por eso que en la Toráh los matrimonios pueden arreglarse entre las familias sin la opinión entre el novio y la novia. El matrimonio es una actividad de pacto.  Todas las otras expresiones de amor que asociamos comúnmente con nuestra perspectiva del matrimonio en realidad no importan.  Lo que importa es la goma.

La próxima vez que escuches sobre las veintinueve áreas de compatibilidad, ¡sonríe! La goma solo viene en un sabor. Ah, ¿y notaste que el que se pega es el hombre?

Escrito por Skip Moen, traducido por Bessy
Dr. Skip Moen.
www.SkipMoen.com