Por tanto, di: Así ha dicho el Señor: Aunque los he arrojado lejos entre las gentes, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario, en las tierras adonde lleguen. Ezequiel 11:16.

Alejados de los medios de gracia habituales, no estamos, sin embargo, privados de ella. El Señor coloca a veces a su pueblo en un lugar de destierro; pero a su lado está, y les dará todo lo que habrían recibido en su propia casa o en sus asambleas.

Quienes tenéis que permanecer lejos, guardad estas palabras. Dios es para los hijos de su pueblo un lugar de refugio. En Él encuentran un Santuario a cubierto de sus enemigos. Él es también para ellos un lugar de adoración. Con ellos está como lo estuvo Jacob cuando durmió en el campo, el cual levantándose exclamó: «Ciertamente Jehová está en este lugar».

Dios será para ellos santuario de reposo, como el lugar Santísimo, donde moraba el Altísimo. Aquí vivirán tranquilos sin temor del maligno. Dios mismo, en Cristo Jesús, es el Santuario de misericordia.

Jesús es el arca de la alianza, y la vara de Aarón; el vaso del maná y las tablas de la ley se hallan en Cristo, que es nuestro verdadero Santuario. En Dios encontramos, asimismo, el templo de la santidad y de la comunión. ¿Qué más necesitamos?

¡Oh, Señor, cumple en nosotros tu promesa, y sé siempre nuestro santuario! El Será para mi lugar de descanso y de reposo. Me sostiene con su mano poderosa y me alienta con su Espíritu.

Señor, Gracias porque en medio de mi soledad me sostienes y me guardas. Eres oasis para mi espíritu. Amén

Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del Banco De La Fe.