Y a Aquél que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria… — Efesios 3:20-21

 

La oración le pide a Dios que haga lo que sólo Él puede hacer en las situaciones de nuestra vida. ¿Puedes recordar oraciones recientes que le has ofrecido a Jesús que no fueron sino peticiones que dicen “espera-y-ve-si-va-a-resolverse- solo” con el nombre de Dios anexo a ellas? ¿Ha habido cosas que parecían demasiado grandes para orar por ellas?.

La oración logra lo imposible. La oración es para aquellas situaciones en las que te sientes impotente y has perdido toda esperanza.

Esta es una de las razones por las que Jesús casi siempre habla de perdón cada vez que les enseña a Sus discípulos algo respecto a la oración. Nada en toda tu vida será más imposible que quitar la culpa de tu pecado. De hecho, el milagro más difícil y costoso como el que no habrá jamás, ya se llevó a cabo cuando la muerte de Jesús nos perdonó nuestros pecados. El arrojar una montaña a un océano es un juego de niños comparado con el hecho de que Dios arroja “todos nuestros pecados a las profundidades del mar” (Miqueas. 7:19).

Una vez, cuando Jesús le hablaba a una gran multitud de gente reunida en una casa, le fue llevado un hombre paralítico (en una forma muy inusual). Jesús le dijo al hombre que sus pecados habían sido perdonados. Los líderes religiosos dijeron que Jesús no podría hacer eso; sólo Dios tenía el poder y la autoridad para hacer algo tan increíble, tan transformador en la vida de alguien. Sus protestas se basaban en su teología (“Dios nunca perdonaría a un pecador como él”), pero en realidad entendían una verdad que nosotros a veces olvidamos: Ningún ser humano en la tierra tiene la autoridad y el poder de cambiar la condición espiritual de otra persona. Es imposible para nosotros cambiar el destino eterno de persona alguna. Sin embargo, para probar que Él tenía la capacidad de perdonar los pecados, Jesús sanó al hombre y le dijo que caminara.

El afectar al mundo natural en el que vivimos es fácil para Aquél que creó el universo mediante Su palabra, y para Aquél que construyó un camino para que nuestros pecados fueran quitados. Esto se debe al hecho de que el mundo espiritual siempre es más difícil de cambiar que las cosas del mundo natural. Pero los seres humanos normalmente no están conscientes del valor de lo que el Señor realiza para ellos en el ámbito invisible de la realidad y se impresionan más por los milagros que pueden verse que por los que perduran en la eternidad. Sin embargo, una vez que te das cuenta de que el Señor decretó que el universo existiera y de que nos redimió por Su gracia, entiendes que nada es imposible para Él .

Dios puede hacer lo que nadie más puede. Eso significa que estaremos asombrados por Su poder extraordinario, y a menos que recordemos que Él puede hacer lo que de otra forma es imposible, seremos tímidos para pedir Su intervención milagrosa.

Y Él respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios. — Lucas 18:17

Hoy..Por eso hablaré con aquel quien es poderoso.

Señor, con que alegría vengo ante ti a través de la oración. No hay nada imposible para ti. Gracias, por oírme. Amén.

Dr.Daniel A. Brown.
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