“Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos.  Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo.  Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud”  Mateo 20:25-28

Nuestro maestro notó que algo se estaba rompiendo cuando sus discípulos discutían acerca de “quien será el mayor” o “que uno de mis hijos esté a tu derecha y el otro a tu izquierda”, por ello con firmeza y prontitud, su voz se levantó y estableció una gran diferencia entre los gobernantes del mundo y los siervos de Dios.

Se nos ha roto la “red del servicio” y en lugar de remendarla, hemos comprado del sistema de esté mundo la “herramienta novedosa, entusiasmante y deslumbrante del liderazgo”.

Hoy no olvidaré que estoy acá en esta tierra para servir y no para ser servido.

No vine para ser servido, sino para servir, es la sentencia del Señor de señores y Rey de Reyes.  Toda su vida y ministerio estuvo enmarcado en ese patrón. “Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a ello, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo.  Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a si mismo”.

Cuando miro el liderazgo político, sindical, comercial o educativo de nuestro mundo encuentro que en esencia todos ellos buscan ser servidos, pero no servir.  Muy triste es cuando notamos que este elemento se nos rompe dentro de la Iglesia y asombrados miramos cuantos son líderes que tenemos dentro esperando ser servidos.

Cuantos buscan los puestos claves porque saben todas las prebendas y privilegios que ello trae.  El Escritor Cristiano Tom Marshall escribió  así “Una de las seducciones en las cuales los siervos fácilmente pueden sucumbir es usar el poder y las cosas a las que tienen acceso, para sus fines personales. Muy pronto esto incluye usar a la gente para fines egoístas.

El fin puede tomar la forma de ganancia monetaria o material” Cuando esto sucede, los que así los hacen, tienen todos una cosa en común, ellos son líderes de la autogratificación.  Mientras las ovejas buscan ser atendidas, los líderes están olvidando el llamado del Señor, que ha sido, es y será  servir.

Señor, No quiero olvidar el alto nivel del llamado que me has hecho. Hoy encontraré muchas oportunidades para servir y quiero permitir que el servicio llegue a todos los que me rodean. Ayúdame hoy a ser canal de servicio. En el Nombre de Jesús. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.

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