Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:8

En el entretejido de relaciones que existen entre las personas un elemento peligroso es el doble animo, suele ser desconcertante para la convivencia, el tipo de persona que oscila entre un estado de ánimo y otro. Muchos de los conflictos familiares se originan en la inestabilidad del carácter de algunos, y en la mala manera de enfrentar un problema, o darle solución con salidas inesperadas.

Esta falta de dominio y de disciplina que algunas personas padecen es posible de cambiar. La Palabra de Dios nos alienta a que se puede producir un cambio en el ánimo, si dejamos que El nos limpie. El origen del doble animo puede ser porque dentro del corazón hay cosas guardadas desde  hace mucho tiempo, experiencias traumáticas y dolorosas, pero también hay actitudes  adquiridas de la familia de origen que fueron marcando el modelo que hoy se manifiesta en la vida del adulto.  Por esta razón es necesario hacer un viaje al fondo del corazón, entregarle a Dios el dolor y las ausencias del pasado. El quiere y puede sanarnos llenándonos de su maravillosa Presencia.

También es necesario repensar los modelos familiares, porque Dios hace nuevas todas las cosas y eso es para nosotros también. No es necesario seguir  con los patrones nocivos que aprendimos, si nuestra vida parece un péndulo nos generará mucho sufrimiento.

Oración: Señor, enséñame a perdonar para sanarme y que mi ánimo sea estable así puedo dar gloria a tu nombre.

marta yurquina de biondi

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