“Enséñame, Señor, tu camino, y caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre”. Salmo 86.11
Hay cosas que nunca está de más escucharmuchas veces. Por ejemplo, la empatía genuina en los días malos. Las afirmaciones de que algo no fue culpa nuestra y que cualquiera hubiera hecho lo que hicimos. Los cumplidos a nuestro favor, la motivación honesta respecto a nuestro futuro incierto.
Los simples recordatorios de que somos reconocidos y amados. Palabras como estas hacen que la vida sea más llevadera y que la disfrutemos más. Nos dan nuevos bríos y calman las aguas turbulentas que se levantan a nuestro alrededor.
De la misma manera, nunca sobra escuchar algunas verdades acerca de Dios. Son las primeras lecciones. Algunas personas se refieren a éstas como conocimientos básicos o como un plan de estudios para nuevos creyentes en Jesús. Es posible que sean razonamientos simples, pero tienen un modo de penetrar aun hasta en las situaciones más complicadas de la vida, a fin de que nuestra vida con el Señor sea más llevadera y mucho más agradable.
Dios es bueno. Su invitación está en pie para que saboreemos esa bondad, esa delicia y esa esencia profundamente satisfactoria.
La actividad más natural de nuestras vidas debería ser la de caminar con Dios y la de disfrutar Su cercanía. Sin embargo, se ha complicado por demasiadas cosas que nos han sido adversas tales como: nuestra incapacidad para creer que verdaderamente le agradamos, los requisitos distorsionados que equivocadamente imaginamos que Él pone sobre nosotros, nuestros celos bien intencionados pero fuera de lugar, la nube de culpa de la que parece que no podemos escapar y que acosa nuestros días, nuestra religiosa y casi supersticiosa tendencia a tratar de ganar cosas de Él o de probarle algo.
Seguimos entendiendo las cosas al revés y casi siempre terminamos malinterpretando Su lenguaje de afecto y deleite hacia nosotros, escuchando más bien las expectativas y las obligaciones gravosas.
Por esta razón me gusta decirles a las personas que no creo en el Dios contra el que luchan, en el que no creen. Mi Dios es completamente diferente a ése.
Hoy quiero aprender a caminar con Dios de una manera dinámica y viva.
Señor, ayúdame a entenderte y sobretodo conocerte y transitar por tus caminos. Amén.
Dr. Daniel A. Brown.
Diario caminar con Dios.
La verdad el tema es bonito para el que ya entiende a Dios, es como aprender Algebra, para aquellos a quienes se les dió facilidad de entendimiento de ella, diran que las x y las y son lo máximo, pero para los que nunca lograron entender la importacia de las benditas letras, el tema es el peor del mundo, y hay una tendencia a hacerse apático a la materia. Así me siento yo, creí entender lo que Dios quería para mi, y hoy estoy en una situación que no esperaba tener nunca, bonita, pero que solo se disfruta cuando hay amor y tranquilidad a tu alrededor, eso no lo tengo yo ahora, cuando más necesitas a tus seres queridos, se van y lo único que queda en tu mente es el bendito demonio diciendo cosas a tu corazón que no quieres escuchar… es dificil estar segura de las personas que Dios puso en tu camino, cuando esas personas se han dedicado a hundirte en un mar de tristeza… Hoy siento que perdí la materia, siento que nunca supe quien era Dios y ahora no quiero saber nada de Él. No sin preocuparme de no ofenderlo, es como cuando quieres a alguien y sólo deseas que esté lejos, porque cerca hace mucho daño… porque entender el lenguaje de Dios? si es mi amigo y mi padre, porque no me entiende el, porque no me trasmite sus ideas en mi bendito lenguaje, siento que a su lado siempre pierdo, aunque gane, no siento satisfacción… Así me siento, no quiero herir susceptibilidades con mi comentario, solo me gustaria tener una luz entre tanta oscuridad, no me juzgen por mis palabras.