“Tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza”. Isaías 25:1

Es emocionante darnos cuenta de que recibimos consejos, instrucciones, recomendaciones y advertencias del Creador del universo. Él nos instruye en el camino que debemos seguir con el fin de traer más recompensas y bendiciones a nuestra vida. ¿Puedes pensar en los puntos específicos de los consejos que Jesús te ha dado recientemente?

¿Has estado haciendo lo que Él dijo? Si es así, ¿qué bendiciones o qué bien han  traído a tu vida Sus palabras? Si no has estado siguiendo Su consejo, ¿lo quieres reconocer delante de Él y preguntarle, lo que debes hacer ahora, usando tus propias palabras o las que siguen?

Ayúdame, Padre, a escuchar mejor. Abre mis oídos a Tu voz solamente. No quiero seguir mi propio consejo, o el de ninguna influencia falsa. Ayúdame a escucharte a ti y al consejo sabio de otros. Los demás susurros, mis propios pensamientos y deseos, cosas que oigo del mundo que me rodea algunas veces ahogan lo que Tú me dices. Quiero escuchar lo que Tú dices más activamente y con más responsabilidad.

¿Cuántas veces te oí hablar pero me negué a escuchar, me negué a reconocer lo que tú dijiste y me rehusé a obedecerte y a actuar de acuerdo a lo que me decías? Perdóname por hacerme el sordo a Tu voz tantas veces.
Sé que me amas y que sólo quieres lo mejor para mí. Perdóname por las veces que me permití pensar que estabas tratando de retener algo bueno de mí. Esto es una mentira que no quiero escuchar.

Hoy quiero escuchar sus consejos porque me darán firmeza en la vida.

Señor, Planta Tus semillas de vida en mi corazón; permíteme reconocer Tu voz cada vez mejor. Realmente te amo y quiero Tus palabras. Recibo Tus consejos y el sonido de Tu voz con beneplácito. Tócame con Tu Palabra y ayúdame a estar  alerta a Tu verdad para mi vida. Háblame Salvador. Gracias Señor. En Tu nombre, amén.

Dr. Daniel A. Brown.

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