Perseguidos, más no desamparados; abatidos, mas no perecemos. 2 Corintios 4:9

Por mucho tiempo cuando leía las hazañas y prodigios alcanzados por hombres y mujeres de la Biblia, solo veía las hazañas y la manera como fueron ampliamente usados, pero olvidaba las sombras que a veces les rodearon y sobre todo ignoré como con la ayuda del Señor ellos pudieron vencer.

El Apóstol Pablo da a conocer a la Iglesia de Corinto parte de ese lado oscuro que rodeó a veces su vida, pero en medio de esas sombras él habla de rayos de esperanza cuando dijo:  Estamos perseguidos más no desamparados,  estamos abatidos, más no perecemos, estamos derribados pero no destruidos.   Hoy anhelo tener esa visión clara de la vida.

Hoy recuerdo otro cuadro que la Biblia pinta magistralmente.  El pueblo de Israel huyendo de Egipto, el ejercito egipcio detrás en completa y abierta persecución.  Los israelitas llegan al mar Rojo. El mar ruge con potencia y fuerza, el ejercito egipcio galopa con amenaza y rugir de odio y amargura, Israel tiembla como si fuera una pluma sacudida por el viento.

Cuando la esperanza parece esfumarse, el socorro llega de lo alto y esa voz potente ordena: “Dile a los hijos de Israel que marchen”  y ante la señal de Moisés, el pueblo se lanza por fe en el Mar rojo , sus ojos parecían abrirse y abrirse al contemplar como el mar se abría… habían estado angustiados pero no desesperados, casi derribados pero no destruidos por que el socorro vino de lo alto.  delicados-derribado10

Alguien ha dicho que el diablo podrá poner murallas alrededor de nosotros, pero que jamás podrá poner techo, por lo que siempre habrá esperanza.  Así como el arca de Noé tenia una ventana al cielo , así la embarcación de mi vida siempre tendrá ventanilla a los cielos de donde viene mi socorro. Nuestras dificultades son desafíos de Dios y muchas veces él hace que esos desafíos se tornen duros para que nosotros podamos escalarlos sin problemas.

En la providencia de Dios cada hora nos capacita para posibilidades más altas en el mundo de la fe.  Nosotros estamos empujados por cada emergencia para encontrar lo mejor de Dios.  Se que hoy es la hora de Dios para mi vida.  Como Jacob, iré a través de una noche en Peniel para no ser mas el confundido Jacob  y llegar a ser el Victorioso Israel.

Señor, Gracias porque contigo yo siempre tendré una fresca y nueva oportunidad.  Oh Padre, hoy puedo ver que en tu camino cada dificultad o problema realmente es un desafio, para encontrar lo mejor de ti, disponible para mi.  Señor, algunas veces yo pierdo ante mis propios ojos el propósito claro que tienes para mi.  Se que cada emergencia que encuentre hoy, me impulsará a encontrar lo mejor de ti.  Amén.

Dr. Serafìn Contreras Galeano.
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