“Y he aquí se presentó un ángel del Señor” Hechos 12:7  .

Pedro dormía, él sabía que Dios respondería, por eso descansada , pero su sueño fue interrumpido por una visita celestial inesperada. Un ángel en la cárcel.  Cuando nuestra vida devocional está plena, podemos esperar respuesta inesperadas. Aún ángeles del cielo estarán a nuestro alrededor.

Un día mi esposa y yo fuimos las playas de Quepos en Costa Rica aprovechando una tarde libre en una actividad en la estábamos ministrando. Mientras nos bañábamos, nos alejamos un poco de la orilla y de pronto una corriente de agua nos arrastró a donde no podíamos tocar fondo. Cuando miré el rostro de mi esposa, ví que el pánico la había arropado y la angustia de apoderó de mi. Quise nadar hacia ella pero la corriente me llevaba más y más lejos, por un momento a mi mente llegó el pensamiento que de ahí ya no salíamos, en ese momento, ví un hombre con traje de baño amarillo y sus brazos cruzados de pie y el agua le daba en las rodillas cerca de mi esposa y le grite: ¡Señor..por favor sáquela a ella!!.

Me sorprendió que una sonrisa estaba en sus labios y se acercó despacio a mi esposa y la saco. Cuando ella estuvo a salvo algo me sacó a mi donde podía tocar la arena.  Estábamos lejos de la orilla, los dos tomados de la mano y pálidos por el susto comenzamos a caminar y cuando volteamos para agradecer a este hombre el haberla sacado…no estaba.  Era imposible que hubiese salido rápido.

Ese día me convencí que a veces los ángeles se ponen traje de baño y  también van a la playa….a rescatar los siervos de Dios. Por supuesto que estoy solo agregando un poco de humor.

Más tarde supe que otro líder en ese día sintió carga de oración por nosotros.  No dejemos de ver cosas inesperadas por la pérdida de nuestra vida devocional.

Dios en su misericordia puede mover gente para que oren por mi en este día y sin darme cuenta en respuesta a la oración Dios puede enviar ángeles cerca de mi para rescatarme.

Señor, Gracias por darme ángeles que están cerca de mi para ministrarme. Sé que ellos son solo instrumentos en tus manos. Te alabo por todo eso. Amén.